En la jornada de hoy ha recaído sobre mis manos una noticia de la que podría extraer múltiples puntos de vista, pero el que os voy a exponer creo que es el que aglutina al resto o del que emana los problemas verticales de esta noticia. El titular de dicha noticia ("Francia confirma que un antiepiléptico causó malformaciones en 450 recién nacidos", extraída del siguiente enlace (http://www.abc.es/sociedad/abci-francia-confirma-antiepileptico-causo-malformaciones-450-recien-nacidos-201602231645_noticia.html) me ha llevado a la que pudiese ser la causa y origen de este problema.
Desde nuestra más tierna infancia por nuestra sien pasan ideas, unas bastante descabelladas y otras más a tener en cuenta y que van conformando nuestra personalidad, pero todas ellas van madurando a lo largo de los años y moldean a la persona que somos ahora. De esas ocurrencias podemos extraer el trabajo que queríamos desempeñar cuando eramos pequeños, algo que es tan cambiante que en ocasiones no se ha de tener en cuenta, aunque en otras sí. Lo cierto es que, cuando se llega a cierta edad y con unas notas de corte que coartan nuestra libertad, nos enfrentamos a una cruda realidad, donde muchos jóvenes no tienen las notas más idóneas para estudiar la carrera que desean y otros no saben muy bien qué hacer con tanta nota y sin ilusión.
En mi trayectoria de estudiante he podido conocer ambos casos, y una infinidad más, y de ahí el principal problema que le veo a esta noticia, que no es más que la falta de vocación de los profesionales que nos atienden actualmente no en la medicina sino en cualquier ámbito por importante o no que este sea.
Cuando una persona trabaja en algo en lo que el sueldo es lo que menos importa, cuando las manillas del reloj pasan despacio en tiempo de ocio y lo que realmente te llena como persona y te realiza es tu profesión, es ahí cuando estamos hablando de un ser humano feliz, y posiblemente no cometa error alguno en su trabajo, aunque errar es absolutamente humano.
Es por ello que, debemos ayudar a nuestros jóvenes a estudiar aquello que realmente les emocione, algo por lo que no piensen si estudiar o no valdrá la pena en el futuro. Enseñemos a nuestras futuras generaciones a ser felices y a luchar por la mejora de sus profesiones, de sus vocaciones.
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